Espere señor Hidalgo, no le de vuelo a esa campana. ¿Ya pidió permiso? Un momento, Zapata, ten cuidado, ¿ya te dieron permiso para levantar en armas a los campesinos? Un momento, no asalten ese cuartel, Arturo, ¿tienes las indicaciones por oficio? ¿Te lo indicó tu supervisor? Esperen un momento, Avelina, ¿ya dieron su autorización los banqueros de hacer la triple expropiación? ¡Un momento, Lucio! ¿Tu oficio trae el sello correspondiente? A ver, Genaro, ¿sí le pusiste bien el horario?
Compas: no necesitamos permiso para manifestarnos. No debemos concederle esa posibilidad de “darnos permiso” a nadie. Los derechos se conquistan, no se imploran. De andar implorando, está tapizado el camino de las desigualdades.
¡Encontrémonos y acompañémonos en la marcha!
Pronto se cumplirá un año de la publicación de este mensaje que hice en mi muro de Facebook, tres días antes de tener nuestra primera movilización masiva para exigirle a la gobernadora que desistiera de obstaculizar la entrega de los libros de texto de la NEM y con ello violentar los derechos de los NNA de nuestro estado, sobre todo, de aquellos que se encuentran en mayores condiciones de desigualdad.
Para ese entonces, y por el privilegio que me concedieron mis compañeros y compañeras de la Red de Defensa de los Libros de Texto Gratuito y la Nueva Escuela Mexicana, yo participaba en una comisión de prensa, junto a otros compas, quienes asumimos la responsabilidad de sostener un diálogo con nuestras comunidades.
Desde luego que nuestras posibilidades mediáticas, comparadas con las de ellos, eran muy desproporcionadas. Para nadie -o casi nadie- es desconocido que la mayoría de los medios de comunicación en el estado de Chihuahua operan como propagandistas oficiales del gobierno en turno. Así que, mientras la gobernadora y su grupo político tenían todos los micrófonos abiertos -locales, nacionales e, incluso, internacionales- para explicar las sinrazones por las que, en nombre de todos, pero sin preguntarle a nadie, interpusieron una “controversia constitucional” para detener la distribución de los libros de texto, nosotros, en cambio, encontramos espacios en una cantidad muy reducida de medios de comunicación que, de forma muy generosa, hay que decirlo, asumieron el papel histórico al que está llamada la prensa.
Con todo y eso, la razón nos asistía. Y cuando eso pasa, no hay obstáculos que duren para siempre, porque como decía el Viejo Antonio:
Si no puedes tener la razón y la fuerza, escoge siempre la razón y deja que el enemigo tenga la fuerza (…) El poderoso nunca podrá sacar razón de su fuerza, pero nosotros siempre podremos obtener fuerza de la razón.
No sospechábamos que a esa gran movilización del día 8 de septiembre, asistiríamos más de 10 mil personas; seis mil en la capital del estado -en una marcha que culminó afuera del palacio de gobierno- y 4 mil en la heroica ciudad Juárez.
Esa es una de las invitaciones que podemos encontrar en la filosofía de la Nueva Escuela Mexicana: asumir el papel histórico al que estamos llamados como sujetos transformadores; encontrarnos en las historias de maestros y maestras revolucionarias que han luchado por construir un mundo menos desalentador, y negarnos a aceptar el papel de sujeto técnico reproductor de un currículo prescrito y desvinculado de su historia, como al que intentaron reducirnos las reformas del periodo neoliberal.
Las movilizaciones y demandas no fueron fáciles, pero tuvimos éxito. Organizados de manera horizontal, hicimos una lectura de la realidad constante. Nuestro máximo órgano para la toma de decisiones fue la asamblea, sesionando al menos una vez por semana con la representación de varias regiones del estado; desde la Sierra Tarahumara, hasta el desierto y la frontera. Aunque, en realidad, en aquellos momentos y por la velocidad en que los escenarios políticos van cambiando, tuvimos que sesionar de emergencia en muchas ocasiones.
Si el pensamiento crítico tiene que ver con oponerse a las injusticias y visibilizar esos sistemas estructurales de violencia que han sido normalizados en no pocas ocasiones mediante el “sentido común” -pero que no son normales-, nosotrxs orientamos nuestras acciones hacia un horizonte crítico que probó estar más allá de la sola teoría, o la sola práctica.
Y para todo ello, no necesitamos permiso, sino un profundo compromiso comunitario que entendimos en la historia de los maestros y maestras que nos han antecedido. ¿Pidieron permiso para asaltar el cuartel en Madera los guerrilleros del 65? Tampoco lo hicieron los valientes compañeros/as maestros/as de la región de Madera que, ante la cerrazón del gobierno, rescataron los libros del almacén en el que se mantenían secuestrados.
Algo hicimos, entonces: comunidad. Y ello nos llevó a trascender nuestras fronteras, romper el cerco mediático y hermanarnos con las y los compañeros del estado de Coahuila que, para esas alturas, ya padecían también la obstaculización de los libros de texto por un gobierno violentador de los derechos humanos. Y aunque lo dijimos muchas veces en las calles, no está de más señalar que también lo hizo la Comisión Nacional de Derechos Humanos, mediante la Recomendación 21/2024, de la que sugerimos su consulta.
Al momento que escribo estas líneas, está iniciando el ciclo escolar 2024-2025, y vale la pena recordar que, en estos días, pero del año pasado, ya había síntomas de lo que se veía venir, pero también había organización colectiva que defendería los derechos educativos de nuestras comunidades.
¿Con qué cara íbamos a decirle a las y los estudiantes que, desde la perspectiva sociocrítica de la NEM tenemos que leer los problemas de nuestras comunidades, si ante el problema específico que representó iniciar el ciclo escolar sin libros de texto, las y los maestros no habríamos hecho absolutamente nada?
Afortunadamente, la historia fue otra.
Posdata. – ¿Alguien sabe qué pasó con los folletos con los que el gobierno local quiso sustituir a la poderosa familia de LTG de la NEM?
Posdata que denuncia. – De acuerdo con Save the Children, se estima que, hasta junio de 2024, hay más de 21 mil niñas y niños desaparecidos en Gaza; atrapados bajo escombros, detenidos, perdidos o enterrados en fosas comunes sin identificar.
¡Alto al genocidio que Israel lleva a cabo en contra del pueblo palestino!
0 Comments